La Gaviota y el Caballero
Esta es otra historia corta de las que hacen pensar, cuya moraleja puede hacer que comprendamos (o recordemos) una realidad latente en nuestra sociedad y forma de ser.
Leedla con atención hasta el final, pues la moraleja es importante.
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La Gaviota y el Caballero
Hace tiempo, en un país donde aún ocurrían cosas increíbles, existía una gran ciudad, en la que un gran caballero gobernaba con justicia y equidad.
Le gustaban mucho las aves, y se sentaba muchas horas en su terraza para ver el vuelo mágico de los pájaros, que le aportaban muchísima paz y tranquilidad.
Un buen día, una gaviota que volvía de un largo viaje, pasando cerca de la terraza, observó cómo aquel humano con mirada noble, miraba con interés el vuelo de toda las aves. Como le pareció divertido lo que hacía aquel humano, decidió bajar a saludarle y comenzó a dar vueltas a su alrededor, volando con suavidad, premiando, de esta forma, el interés que él había mostrado.
El caballero no daba crédito a lo que estaba sucediendo y se llenó de felicidad, la cual transmitió inmediatamente a la gaviota, pidiéndole que bajara a su lado para que él pudiera mostrarle su respeto. Y así sucedió.
El caballero entregó a la gaviota todo lo que estaba en su mano, los mejores manjares, las mejores bebidas, las mejores atenciones… y no escatimó en gastos para que ella se sintiera feliz.
Sin embargo, la gaviota, poco a poco se oscurecía. Cada vez transmitía más sensación de debilidad, menos brillo en sus ojos y su plumaje empezaba a verse resentido por ese cambio de ánimo. Se sentía abrumada y fuera de lugar pero, sobre todo, muy triste.
Al tercer día, la gaviota murió.
En ese momento, el caballero comprendió lo que había ocurrido.
Le había otorgado a la gaviota, todo lo que a él le hubiera gustado que le dieran; sin embargo no le entregó a la gaviota lo que ella realmente quería y, la consecuencia, fue fatal.
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Esto mismo ocurre en nuestra sociedad constantemente.
Muchas personas creen que sus propios gustos y necesidades son como los de los demás. Creen que ellos saben lo que los demás necesitan. Creen que conocen a las personas que tienen a su alrededor y que pueden decidir por ellos.
Cuando en realidad, quizá sea todo lo contrario.
Es muy importante aprender a escuchar, a comprender, a asimilar que cada persona es un mundo y que como tal, tienen sus propias necesidades y gustos.
Está en nuestra mano cambiar esta forma de ser y transmitirla a las generaciones venideras.
Un abrazo muy fuerte para todos !!!!
Y si queréis verlo en video, aquí tenéis el enlace: