mujer joven triste y tumbada

¿Cómo dejar de pensar en mi ex pareja?

¿Cómo dejar de pensar en mi ex pareja?

Esta, es otra de las preguntas recurrentes durante las reuniones, “¿Cómo dejar de pensar en mi ex pareja?“; la técnica para conseguirlo es bastante fácil (en la teoría), y cualquier persona con algo de sentido común y un poco de frialdad en su pensamiento, podrá encontrarla. Pero, a pesar de tener la respuesta, son necesarios otros ingredientes en la receta, como la paciencia y el tiempo.

Si estás leyendo estas líneas, es porque tu relación ha terminado y, por el motivo que sea, no consigues quitarte a tu ex pareja de la cabeza; así que vamos a comenzar a hablar de todo esto por donde se debe comenzar, por el principio.

¿Qué es el amor?

Para responder adecuadamente a esta pregunta, quizá sería interesante que te leyeras este artículo, titulado: “El amor llama a tu puerta, ¿es real?” , pero vamos a hacer un breve resumen:

El amor, o las relaciones de pareja, generan una adicción

Si has leído el artículo mencionado, te darás cuenta de la cantidad de química que se activa en nuestro cuerpo y, como toda química, que además es placentera, genera adicción; en consecuencia, nos cambia la forma en la que vemos y disfrutamos de la vida.

Esta teoría de los procesos químicos internos, está compartida por multitud de científicos. Desde mi punto de vista, deberíamos incluir también los condicionamientos sociales y culturales, aunque eso ya iría en otro artículo. Una vez que tenemos claro este concepto, vamos a la segunda parte.

¿Qué ocurre en nuestro interior cuando nuestra pareja termina la relación?

Si nos basamos en lo dicho hasta ahora, podríamos decir, simplemente, que se activa el “síndrome de abstinencia“, aunque realmente es algo más complejo.

Hay que reconocer que, en muchas personas, el dolor provocado por una ruptura, es más intenso que el dolor físico; ya sólo con esta referencia, podemos hacernos una idea de cómo nos afecta; y al igual que con ese dolor físico, es muy común intentar ocultarlo. De alguna forma, y hablando de forma genérica, a la sociedad “no le gusta” que se sufra por otra persona, ya que se traduce en un signo de debilidad. Evidentemente, hoy en día, esto no es correcto, pero esas esquirlas culturales aún están muy arraigadas en nuestra sociedad y, aunque no nos demos cuenta, nos influye.

El dolor emocional y el dolor físico, como ya hemos dicho, tienen una relación directa; al menos, los estudios dicen, que la parte del cerebro que se encarga de procesar estos dolores, es la misma en ambos casos. Desde el punto de vista de la química, al romper la relación, se genera un desajuste, el cual debe volver a la normalidad; entendiendo como normalidad, el estado en el que se encontraba antes de comenzar la relación.

El proceso de dejar de pensar en tu ex pareja, a veces muy lento, y suele generar comportamientos o estados mentales que pueden causar más daño, como depresiones o bien pensamientos obsesivos. También hay que tener en cuenta, que el proceso de “desenamoramiento” no es constante ni lineal, sino que genera unos picos que pueden llegar a ser desconcertantes. Es decir, que una semana puede parecer que está superado, y a la semana siguiente, motivado por un desencadenante, parece que no podemos vivir sin esa persona. Cuando uso la palabra desencadenante, me refiero a, por ejemplo, una canción, un lugar, una comida, etc.

El tiempo que lleve todo este proceso, dependerá del tiempo que haya durado la relación, de la intensidad de la misma, de lo traumático que haya sido el final y de la capacidad de gestionar los sentimientos. No deja de ser una herida abierta y, como tal, no todo el mundo tiene la misma capacidad de cicatrización.

Veamos los 10 pasos que deberíamos abordar, para conseguir una buena cicatrización:

1.- Aceptar que todo se ha acabado. Si esto no se acepta, empezamos con mal pie. Cada uno es un ser independiente y nuestro ex, ya no forma parte de nosotros ni de nuestra vida. Si la otra persona nos ha dejado, es su decisión y habrá sido por algo, nos guste o no. NO podemos encadenar a nadie a nuestro lado. Nuestra vida, simplemente debe seguir.

2.- Llora todo lo que te apetezca. Dicen que llorar limpia el alma y, como poco, es como si te quitara algo de peso de encima. Tener ganas de llorar es un sentimiento muy válido, que no te va a hacer más débil, al contrario. Permite que fluya ese sentimiento en su totalidad, ya que contenerlo, realmente, no va a servir de nada.

3.- No pretendas evitar pensar, ya que ello por sí mismo es pensar; relacionado con este concepto, tienes este otro artículo titulado: “Pensar en no pensar” donde tendrás todo más claro.

4.- Trabaja tu autoconocimiento y tu autoestima. Suelen quedar algo desequilibradas tras una ruptura, pero está en tu mano equilibrarlas de nuevo. Eres una persona especial, capaz de dar mucho al mundo y, aprender a ser feliz, debería ser tu prioridad en tu nueva lista de objetivos.

5.- Busca alguien con quien hablar. Probablemente no te apetezca, pero no importa, busca la persona adecuada y permite que, nuevamente, tus sentimientos fluyan. Las cargas compartidas suelen llevarse mejor.

6.- Busca la sinceridad de lo ocurrido. Es decir, no mitifiques tu relación ni a tu ex. Es muy probable que sólo recuerdes los momentos buenos, pero estoy convencido que también los ha habido malos. Tú no tienes la culpa de lo ocurrido, son cosas que pasan y es una experiencia más en la vida. Lo que has aprendido te va a ayudar a crecer como persona, pero acepta la realidad sin maquillaje.

7.- No permitas que el rencor te domine. Si sólo recuerdas lo negativo, no podrás dar los pasos adecuados para seguir adelante. La negatividad sólo trae más negatividad, e imagino que no quieres eso en tu vida, ¿verdad?

8.- Deshazte de todo lo que puedas que te recuerde a tu ex. Cuantas más cosas puedas tirar o esconder que te recuerde a tu relación, mejor. De la misma forma, evita tener cualquier tipo de comunicación con tu ex, ni presencial, ni por internet, ni por teléfono, etc. El tiempo es importante en estos casos y, como todo tipo de proceso de “desenganche”, es primordial no tener cerca lo que causa esa adicción. Si en el futuro vais a ser amigos, que sea en el futuro; en un principio no es recomendable. Por otro lado, olvida todo proceso de “investigación” en redes sociales; es algo muy común, amparado en el anonimato, pero que no te va a hacer ningún favor para conseguir alejarte de esa persona.

9.- Aprende a ser social. Nuevamente no vas a tener ninguna gana de relacionarte con nadie; es importante que alteres tu rutina diaria y, cuanto más, mejor. Añade actividades nuevas a tu vida, sal mucho más de tu casa, busca aventuras que te estimulen los sentidos y, sobre todo, comparte tu vida con todas las personas de tu alrededor que te puedan causar bien. Ahora es cuando vas a saber quiénes merecen tu confianza y quiénes no. Si tienes alguna duda, lee este artículo: “¿Cuándo debo alejar a una persona de mi vida?”

10.- Y, por último, aunque esto no vale para todo el mundo, no olvidemos que el refrán dice: “un clavo saca otro clavo”. Si tienes oportunidad de estar con otra persona, y te apetece, deja de lado el sentimiento de culpabilidad y déjate llevar. Recuerda que, cuantas más veces estimules los sentidos con situaciones nuevas, mayor capacidad de olvido tendrás, ya que vas a comprender que la vida tiene mucho que ofrecerte.

Ahora, como siempre, te toca pensar si alguna vez has lanzado esa pregunta ¿Cómo dejar de pensar en mi ex pareja?; cuéntanos tus motivos; ¿Qué ocurrió? ¿Cómo lo superaste? ¿Has hecho alguno de los pasos descritos para conseguir olvidar?

Y ahora, mira el video en YOUTUBE !!

Soy Coach, escritor y Formador de Coaches con más de 30 años de experiencia con estas herramientas. En el centro de Coaching, imparto cursos de certificación para Coaches y ofrezco sesiones tanto a empresas como a particulares, con herramientas muy específicas y personalizadas, para aumentar la rentabilidad y la productividad. Formo parte de una reconocida escuela de negocios y de una certificadora de Coaching internacional. Mi enfoque se basa en el Coaching esencial, sin dejarme influenciar por las tendencias actuales. Me considero un detective que busca identificar la brecha entre tus metas y tus capacidades, ofreciendo una perspectiva diferente a aquellos que interactúan conmigo.

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