Aprende a crear tus propios objetivos
Un problema, sólo es realmente un problema cuando no existe una solución al mismo.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿existe realmente un problema en nosotros?
Si conocemos aquello que nos puede causar problemas, ya sabemos qué debemos corregir; generalmente, no existe un problema como tal, existe tan sólo algún tipo de actitud, sobre la que debemos trabajar más, para que sus efectos no sean tan negativos.
El plantear objetivos, es uno de los grandes motivos por lo que las personas, a veces, se pierden en su camino; los objetivos son el faro que nos indica el camino; sin ellos, perderse o estrellarse, es muy fácil.
Por decirlo de otra forma: Los objetivos son, en gran medida, lo que nos va a quitar problemas de en medio.
Los objetivos, deben tener unas características determinadas; estas características, se suelen recopilar, en la llanada técnica SMARTER, que se usa para la definición de objetivos.
SMARTER significa, “más listo” o “más inteligente” en inglés.
Recordar esta traducción, puede ayudar a recordar por qué lo estamos usando (estamos utilizando el SMARTER para definir más inteligentemente nuestro objetivo).
- S -> Specific – Específico
- M -> Measurable – Medible
- A -> Attainable – Alcanzable
- R -> Results-Oriented – Retador
- T -> Time-Bound – Limitado en el tiempo
- E -> Ecologic – Ecológico
- R-> Reward – Recompensa
No voy a explicar la descripción de cada una de las letras, porque daría para muchos artículos, pero, aun así, creo que es fácilmente deducible que, un objetivo, simplemente debe ser REALISTA
Con esto, ya nos hemos dado cuenta que plantear objetivos de la forma correcta, no es algo tan trivial como podía parecer inicialmente.
Establecer objetivos, casi se podría considerar como “un arte”; y como todo arte, debe ser entrenado y trabajado.
La idea es que, esa pequeña fórmula, nos ayude a definir nuestros objetivos, y que nos permita explorar con atención y detenimiento aquello que queremos conseguir.
Normalmente nos ponemos metas a cada momento, pero habría que valorar las diferencias; no es lo mismo decir:
“Tengo que adelgazar”
A plantearlo de otra forma muy distinta, como, por ejemplo:
“Quiero adelgazar 8 kilos en 2 meses, a razón de 1 kilo por semana, lo que obtendré a cambio es…”.
El primer objetivo, es una frase típica, que podemos llegar a pensar porque alguien nos lo ha sugerido; o quizá, la pensamos nosotros mismos una noche tras un atracón de comida.
Sin embargo, detenernos y tomar el tiempo necesario, para definir claramente un objetivo que guíe nuestra vida, es completamente distinto. Éste último, no se olvida, porque está tan claro que casi podríamos tocarlo.
Ahora que ya tenemos la guía correcta, para definir los objetivos en nuestra vida, debemos empezar a usarla; desde ya mismo, sin esperar más.
Y lo primero, es tener claro, hacia qué áreas debemos plantear objetivos.
Para ello, hagámonos preguntas relacionadas con las áreas de valoración, y evaluemos nuestro grado de felicidad y satisfacción con cada área que hayamos elegido; si en alguna de estas áreas, no creemos tener el grado de satisfacción o paz que realmente necesitamos, es el momento de comenzar a pensar seriamente, en plantear objetivos que tengan relación con el área “débil”.
Usando la técnica vista anteriormente, las áreas son las 12 siguientes:
- Amor/Pareja
- Amistad
- Casa/Hogar
- Cuerpo/Estado Físico
- Desarrollo Personal
- Dinero
- Entorno
- Espíritu/Valores
- Familia
- Ocio/Diversión
- Salud
- Trabajo/Estudios
Cada una de estas áreas es capaz de generar tantas preguntas, que los objetivos resultantes llenarían listas enteras.
No es un proceso sencillo, requiere sinceridad, tesón, escribir mucho y algo de tiempo para reorganizar las ideas.
Sin embargo, el resultado obtenido es tan fascinante que, prácticamente, va a cambiar nuestras vidas.