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Los procesos de selección en algunas empresas

Hoy en día, es fácil encontrar algunos procesos de selección en los que, realmente, las empresas son capaces de hacernos pensar si hemos desperdiciado nuestra vida laboral o no…

Investigando con un poco de tiempo, pues no hace falta demasiado, encontraremos anuncios de trabajo en un estilo similar a este, pero con otras palabras:

Se busca persona “joven” con coeficiente intelectual de 120 para arriba, que tenga un par de carreras, otro par de idiomas, conocimientos informáticos tipo hacker, que no le importe atender a clientes, realizar ventas internacionales o limpiar la oficina; eso sí, con “experiencia” demostrada de 5 años. Y todo esto, por un magnífico salario de 15.000 € anuales/brutos.

Me gustaría que alguien me explicara la coherencia de ser joven, tener todos esos estudios y 5 años de experiencia… Quizá es que yo soy muy mal pensado y, para la persona que redactó el anuncio, ser joven es tener un mínimo de 50 años… Y también me gustaría saber si, todos esos conocimientos, tienen un coste de “mileurista“.

Aunque lo he escrito con un espíritu muy esperpéntico, sé que muchas personas que buscan trabajo se han encontrado con anuncios similares; o peor aún, les han dicho todo esto durante la entrevista de trabajo, mientras los atraían con un anuncio maravilloso, como un oloroso queso en una trampa para ratones.

Y si nos enfocamos en anuncios para posiciones más modestas, podemos encontrarnos ejemplos similares a este:

Se busca “asesor de clientes“, joven y dinámico, con conocimiento del sector de nuestra empresa y de las paralelas que puedan tener relación, con experiencia demostrada en estos sectores, que domine la informática para hacer buenos informes de word; que tenga coche propio y sea capaz de costearse todos los gastos que eso origine y un buen seguro de autos por si le pasa algo. Tiene dos opciones para ganar dinero: o un salario competitivo de 6.000 € anuales/brutos y unas comisiones inmensas que “va a cobrar con total seguridad” o bien que se haga autónomo y que cobre sólo las comisiones.

Seguro que muchas personas, se han encontrado procesos de selección y anuncios como el que acabo de describir.

Debéis saber que, también, hay alguna empresa que te exige un mes completo de formación sin retribuir y, además, sin garantía de contratación posterior; eso sí, siempre tienen una buena historia argumentada para justificar esa forma de actuar. Espero que el resto de empresas no cojan ejemplo.

Otra situación interesante, es cuando se llega a la entrevista de trabajo, en la cual “venden” la empresa como la mejor del mercado y que es “facilísimo” llegar a los niveles de ventas que piden y cobrar una barbaridad de comisiones… A los que lleguéis a este punto, no se os ocurra poner mirada de incredulidad, pues inmediatamente os atacarán diciendo algo así como: “¿Acaso no te crees capaz de conseguirlo?

También, sé de un proceso de selección en el que, después de que el propio empresario, pusiera sobre la mesa unas condiciones fantásticas y muy fáciles de conseguir, el postulante dijo que, en ese momento de su vida, necesitaba un contrato laboral en el régimen general de la seguridad social y no como autónomo, que era lo que le ofrecía este empresario. A lo que este sujeto le contesto abiertamente: “¿Acaso no piensas trabajar? el contrato que pides es para gente que no quiere trabajar y le gusta cobrar sin más“. La conversación que hubo, los minutos siguientes a esta respuesta, fue bastante divertida…

Con relación a los procesos de selección relacionados con hostelería, se resume mucho más:

Se busca persona fuerte y resistente, que sepa de cocina, y que sepa servir mesas como si trabajara en el “Bar Coyote”, con un estupendo contrato de 6 horas al día, pero como ya se sabe lo que es la hostelería, trabajará sus 12 horas, aunque debe tener claro que cobrará 6. Los fines de semana o las horas de nocturnidad, evidentemente debe trabajarlos sin cobrar nada extra.

A lo largo de los últimos 50 años, los procesos de selección han pasado por muchos “sistemas“; desde contratar sólo “al hijo de”, o “al sobrino de”, a buscar la mayor titulación posible sin importar nada más y, ahora, a buscar a los que se dejan engañar más fácilmente, pues la rotación de empleados no parece ser un tema de importancia.

Antes de seguir escribiendo, y para aquellos más susceptibles, vuelvo a recalcar unas palabras del título de este artículo: “algunas empresas“.

Dicho esto, voy a dejar el pasado de lado, pues ya no podemos hacer nada por cambiarlo, aunque algunas empresas podían haber aprendido algo de sus propios errores y de los de las demás.

Hoy en día, año 2021, finalizando la pandemia (me siento optimista de pensar así), me da la impresión de estar viviendo una época, en la que se está premiando al seleccionador que mejor engañe a los candidatos.

Quiero dejar muy claro, que NO culpo a los seleccionadores, nada más lejos de mi intención; yo he sido seleccionador y sé lo que hay en juego a nivel interno. Son los empresarios quienes transmiten sus intenciones y condiciones, y si el seleccionador no encuentra a nadie que lo acepte, se le increpa como que es un mal seleccionador y, quizá, no merezca estar en ese puesto.

Por desgracia, como dice el refrán, “siempre hay un roto para un descosido“, y eso complica aún más las cosas; mientras haya personas que acepten las condiciones miserables de algunas ofertas, los empresarios creerán que están en la posesión de la verdad; lo que nunca entenderán, es la desesperación de las personas a las que no les ha quedado más remedio que aceptar esas condiciones. Antiguamente eso tenía un nombre, no sé cómo lo llamarán hoy en día.

Siguiendo con la aceptación de condiciones, también hay empresas, muy grandes, que ponen objetivos tan altos e imposibles a sus comerciales, que la única forma que estos comerciales tienen de cumplirlos, es inventarse las ventas, con falsificación de contratos incluidos. No apruebo ni defiendo las prácticas de esos comerciales, que demuestran muy poco de todo, pero tampoco apruebo la falta de realismo que los empresarios transmiten a las esferas más bajas de sus propias empresas.

Son tiempos duros, nadie lo niega; muchas empresas han cerrado y otras están haciendo lo imposible por subsistir, pero, ¿Dónde está el límite?

Si para resistir las crisis y mantenerse vivos, es necesario engañar y explotar al resto de las personas, quizá esos empresarios no se merezcan tener sus empresas. Mi forma de ver las cosas, en este caso, no tiene nada que ver con los colores políticos, sino con el sentido común y, sobre todo, el sentido humano.

Aún recuerdo, cuando en una empresa entraba una persona nueva y no tenía ni idea de nada… Se le aplicaba una formación, lo suficientemente intensa, como para tener un equilibrio entre la falta de productividad de los primeros días y las necesidades de aprendizaje; posteriormente, había un seguimiento de esos nuevos, para evitar que adquirieran malos hábitos. Se buscaba siempre que el clima laboral, fuera lo más adecuado posible, premiando la capacidad de trabajo en equipo, la colaboración, la menor rotación posible de personal, la mayor información posible a todos los niveles, transparencia en los sueldos….

Qué tiempos aquellos…

Sé, que todas estas palabras, no son más que una pataleta por mi parte, pero creo que, a veces, también tengo derecho a protestar por lo que me encuentro en la calle. Mis clientes, los que están buscando trabajo, son los que me hablan de estas barbaridades actuales y eso hace que haya que esmerarse, aún más, en tener el mejor curriculum y hacer una entrevista perfecta, para poder competir con otros candidatos, y tener la oportunidad de aspirar a mejores empresas con mejores condiciones laborales.

Espero que los empresarios que realizan estas prácticas, sean grandes o pequeños, porque los hay de todo tipo, algún día vivan esta situación desde otro punto de vista y quizá, sólo quizá, comprendan el alcance de su error; con sus sistemas de procesos de selección, están fomentando una sociedad desunida, basada en la picaresca y dispuesta a perder su propia humanidad.

Después de haber leído este artículo sobre los procesos de selección en algunas empresas, ¿tienes alguna experiencia que nos quieras contar?¿has visto anuncios de características similares a las que he puesto más arriba? Cuéntanos tu caso.

 

Soy Coach, escritor y Formador de Coaches con más de 30 años de experiencia con estas herramientas. En el centro de Coaching, imparto cursos de certificación para Coaches y ofrezco sesiones tanto a empresas como a particulares, con herramientas muy específicas y personalizadas, para aumentar la rentabilidad y la productividad. Formo parte de una reconocida escuela de negocios y de una certificadora de Coaching internacional. Mi enfoque se basa en el Coaching esencial, sin dejarme influenciar por las tendencias actuales. Me considero un detective que busca identificar la brecha entre tus metas y tus capacidades, ofreciendo una perspectiva diferente a aquellos que interactúan conmigo.

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